Después de la trágica muerte de su hija Alyssa en el colapso de un centro juvenil, Hazel busca justicia y venganza sobre su esposo bombero, Jace, quien en vez decidió salvar a su ex amante Candace y a su hija, Kimberly. Consumida por el dolor y la ira, Hazel considera que Jace y Candace son responsables de la muerte de Alyssa. Mientras trata con su pena, Hazel convierte su dolor en una motivación para la caridad, creando una fundación para ayudar a los niños. Con la carga de la culpa, Jace intenta arreglar las cosas por sus decisiones lo que lo lleva a un exilio auto impuesto. Finalmente, Hazel pasa la página, encuentra un nuevo amor y deja que Jace enfrente las consecuencias de sus acciones.